creció junto a las ponchadas y esa vida fue su escuela.
Cuando yo lo conocí entraba mi adolescencia
y recorría mis horas entre el estudio y la yerba
cada año aparecía para el tiempo de cosecha
y en la maleta raída sus escasas pertenencias.
Indalecio era su nombre: su ayer quedó en una siesta…
Vivía sólo el presente , quebrando y quebrando yerba.
Ver tarefear a Indalecio era para mi una fiesta
tan suave los movimientos como sus manos tan ligeras
faltaban poner música al ritmo de su tarefa
porque era todo un artista en aquello de la quiebra,
y describir su alegría al ver la ponchada llena.
Era amigo de todos Indalecio y su alma buena
sabía ayudar riendo disimulando sus penas
Indalecio no leía , nunca había ido a la escuela
pero su sabiduría muchos deberían tenerla ;
saber hallar el valor hasta en las cosas pequeñas.
Cuando recorro en silencio el camino de mis huellas
se me aparece Indalecio con su risa de alma buena ,
festejando con su grito su ponchada bien repleta ,
fruto de su habilidad: quebrar y quebrar la yerba.
Donde sea que te encuentres quiero Indalecio que sepas ,
Que te llevo en mis recuerdos dibujados con la yerba.
RAUL RODRIGUEZ-
RAUL RODRIGUEZ-
Ruiz de Montoya- Misiones-Segundo premio en el Tercer Certamen de Poesías EL MATE-LA YERBA MATE-Organizado por la Dirección de Cultura de la Municipalidad de Apóstoles en el año 2003.
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